Trump y el Boeing 747 “gratis” de Qatar: una oferta que podría costar millones
Lo que el presidente Donald Trump describe como un “avión gratuito y muy caro” ofrecido por la familia real de Qatar podría convertirse en un costoso problema para el bolsillo del contribuyente estadounidense. Así lo advierte un informe del medio estadounidense Politico, que detalla las complejidades técnicas y políticas detrás de la posible incorporación de este avión como Air Force One temporal.
Un regalo con letra chica
El gobierno qatarí está en conversaciones con la Casa Blanca para transferir un Boeing 747-8 de lujo, antes propiedad de la realeza de Qatar, al Departamento de Defensa de EE. UU., que se encargaría de su adaptación. Pero lejos de tratarse de una entrega lista para volar, el jet necesitaría una reconversión total: desde sistemas eléctricos y de comunicación hasta blindajes y tecnología de defensa.
Según exfuncionarios de la Fuerza Aérea citados por Politico, los costos de modificar la aeronave para que cumpla con los estándares presidenciales podrían ascender a cientos de millones de dólares. Y todo sin financiamiento asignado.
Para el congresista demócrata Joe Courtney, el asunto está claro: “Básicamente habría que desarmar el avión por completo y reconstruirlo”, afirmó, resaltando la magnitud del desafío técnico y financiero.
Por su parte, Trump ha defendido el ofrecimiento como un “gran gesto de Qatar” y cuestionó a los demócratas que critican la iniciativa, a quienes calificó de “perdedores de clase mundial” en su plataforma Truth Social.
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Costos operativos y competencia de recursos
Más allá del precio de la reconversión, mantener un avión presidencial operativo es extremadamente caro. Cada unidad VC-25B, actualmente en desarrollo por Boeing, cuesta más de 2.500 millones de dólares, con un costo proyectado de operación de 7.700 millones en 30 años.
El exfuncionario Kevin Buckley advirtió que la reconversión del jet qatarí podría competir por personal altamente especializado con el ya demorado programa oficial de Air Force One. “Es un equipo muy limitado con altos niveles de autorización de seguridad”, explicó.
El ofrecimiento del avión ha generado escepticismo y críticas desde el Congreso. El representante Rick Larsen tachó el acuerdo como una “negociación corrupta” y lo consideró un intento de distraer de los verdaderos problemas del programa.
Además, se ha señalado que aceptar un regalo extranjero sin aprobación del Congreso podría violar la cláusula de emolumentos de la Constitución estadounidense.
El contrato para los nuevos aviones presidenciales fue firmado en 2018 por 3.900 millones de dólares tras negociaciones impulsadas por el propio Trump para reducir costos. Sin embargo, los retrasos y sobrecostos han afectado gravemente el cronograma de entrega, ahora estimado para 2027.
Ante estos problemas, Trump insinuó que su administración podría “buscar otro avión”, y el ofrecimiento de Qatar aparece en escena como una opción alternativa, aunque con riesgos y costos ocultos.
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