Celebridad chilena denuncia fallas en el servicio de sillas de ruedas en el aeropuerto de Santiago
Una denuncia pública realizada por Mario Kreutzberger, más conocido como Don Francisco, evidenció las fallas en el sistema de asistencia para pasajeros
El funcionamiento de los servicios de asistencia para pasajeros con movilidad reducida (PMR) volvió al centro del debate público en Chile, luego de que el comunicador Mario Kreutzberger, conocido como Don Francisco, relatara una experiencia adversa tras arribar al Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de Santiago.
Según explicó a través de sus redes sociales, tras aterrizar en un vuelo procedente de Miami, debió esperar más de 45 minutos por una silla de ruedas, a pesar de haber solicitado previamente el servicio correspondiente. Kreutzberger, de 83 años, expresó su preocupación por el abandono que percibió en la prestación del apoyo, señalando que no se trata solo de una situación puntual, sino de una realidad que enfrentan diariamente muchas personas con movilidad reducida en terminales aéreos del país.
El caso se volvió viral y generó reacciones de usuarios que compartieron experiencias similares, lo que llevó a diversas organizaciones a pronunciarse sobre la falta de condiciones adecuadas en el sistema aeroportuario para garantizar el derecho a la accesibilidad.
Consultada por medios locales, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) explicó que el servicio de asistencia a personas con discapacidad es provisto directamente por las aerolíneas o sus representantes en Chile, y no es administrado por la entidad pública. En este marco, la responsabilidad recae en la compañía aérea que opera el vuelo, o bien, en la empresa que haya contratado para brindar estos servicios.
En el caso de Kreutzberger, se trataba de un vuelo operado por American Airlines. Hasta el momento, ni la aerolínea ni la firma encargada de la asistencia han emitido una declaración oficial.
Más allá del caso puntual, la situación reabre el debate sobre la eficiencia del modelo actual de atención a pasajeros PMR. Si bien la normativa nacional e internacional establece la obligación de facilitar el acceso sin costo y en condiciones de dignidad, en la práctica, los pasajeros dependen de una cadena de actores privados que no siempre actúan con los estándares esperados.
La Ley 20.422, que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad en Chile, obliga a que los espacios de transporte público y privado aseguren accesibilidad. Sin embargo, la implementación efectiva de estas disposiciones continúa siendo dispareja.
En muchos aeropuertos del mundo, los servicios PMR se prestan de forma centralizada o supervisados directamente por las autoridades aeroportuarias, lo que permite una mayor trazabilidad en caso de fallas. En el caso chileno, la tercerización de estos servicios a través de las aerolíneas, sin un monitoreo constante, complica los mecanismos de fiscalización y genera zonas grises ante eventuales reclamos.
Diversas organizaciones de personas mayores y agrupaciones de usuarios han exigido que el incidente sirva como punto de partida para revisar los protocolos y establecer estándares de cumplimiento más rigurosos. También se ha pedido que el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones fortalezca su rol de fiscalización en los terminales aéreos, dado que la experiencia aeroportuaria para personas con necesidades especiales debe ser eficiente, segura y respetuosa.
El aeropuerto de Santiago, que moviliza más de 25 millones de pasajeros al año, se enfrenta así a una nueva exigencia: no solo mejorar su infraestructura física, sino también garantizar que la experiencia de viaje sea accesible para todos, sin excepción.
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