La FAA ajusta los manuales de vuelo del Boeing 777-9 y avanza en la certificación
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) introdujo una modificación en las condiciones especiales de seguridad para el Boeing 777-9. Este ajuste se relaciona con cómo la aeronave debe operar si pierde su energía eléctrica principal y entrará en efecto el 23 de junio de 2025.
El Boeing 777-9 es un avión de última generación que utiliza mucha tecnología electrónica para sus funciones, especialmente para sus controles de vuelo, un sistema conocido como fly-by-wire. En este sistema, las acciones del piloto se transmiten a las superficies de control del avión mediante señales eléctricas, a diferencia de los sistemas mecánicos más antiguos.
Debido a esta avanzada tecnología y su dependencia de la electricidad para sistemas críticos, las normas de seguridad aérea existentes, pensadas para aviones con tecnologías más tradicionales, no cubren completamente todos los aspectos. Por ello, la FAA establece estas "condiciones especiales". El objetivo es asegurar que el 777-9 mantiene un nivel de seguridad óptimo, incluso ante fallos eléctricos. Fundamentalmente, Boeing debe demostrar que su 777-9 puede continuar un vuelo y realizar un aterrizaje seguro utilizando energía de respaldo si fallan las fuentes eléctricas normales.
Reorganizando el Manual de Vuelo
La modificación reciente se centra en un detalle del Manual de Vuelo del Avión (AFM), el documento que guía a los pilotos. Si la aeronave pierde la energía eléctrica generada por los motores, los pilotos siguen un procedimiento para activar la Unidad de Potencia Auxiliar (APU) –un generador más pequeño que provee energía de respaldo–.
Anteriormente, la FAA indicaba que estas instrucciones para activar la APU debían figurar en la sección de "Limitaciones Operativas" del manual. Con esta enmienda, la agencia corrige esa indicación: ahora, dichos procedimientos se deben ubicar en la sección de "Procedimientos No Normales" del AFM. La FAA aclara que este cambio es para alinear la documentación del 777-9 con la de otras aeronaves y que la activación de la APU es un procedimiento, no una limitación operativa en sí misma.
La agencia también reincorporó una frase que aclara que estas condiciones especiales reemplazan una sección específica (14 CFR 25.1351(d)) de las regulaciones generales de aeronavegabilidad.
Durante la fase de comentarios, la Asociación de Pilotos de Línea Aérea (ALPA) manifestó interés sobre la carga de trabajo de la tripulación al tener que activar manualmente la APU. La FAA respondió que este ajuste en el manual no altera las acciones que la tripulación debe realizar ni incrementa su carga de trabajo, sino que simplemente reubica la información procedimental a la sección más apropiada del manual. Según la FAA, los sistemas fly-by-wire con estos procedimientos de respaldo mejoran la seguridad general.
Estas condiciones especiales son vitales para el programa de certificación del Boeing 777-9, un birreactor de gran capacidad que se prepara para su entrada en servicio comercial. Aseguran que, incluso en un escenario de pérdida de la energía eléctrica principal, la aeronave dispone de suficiente energía de respaldo (de baterías y la APU) para que los sistemas esenciales –controles de vuelo, instrumentos clave para el piloto y comunicaciones– sigan funcionando. Esto permite a la tripulación gestionar la situación y desviar el avión al aeropuerto adecuado más cercano de forma segura.
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