Inminente presentación de Azul Linhas Aéreas al Chapter 11 en Estados Unidos para reorganizar sus finanzas
La compañía aérea brasileña se prepara para solicitar el amparo de la ley de quiebras norteamericana, posiblemente en las próximas horas, con el objetivo de reestructurar sus deudas y asegurar liquidez frente a un complejo escenario financiero.
La expectativa en torno a la situación financiera de Azul Linhas Aéreas alcanza un punto crítico. Múltiples fuentes y reportajes de la prensa brasileña, incluyendo el periódico Valor Econômico, apuntan a que la empresa aérea se prepara para requerir, de forma inminente, el acogimiento al Chapter 11 del código de quiebras de los Estados Unidos. Este movimiento podría concretarse en las próximas horas.
La decisión surge en medio de un período de fuertes presiones financieras para Azul, que administra un considerable volumen de deudas, estimado en cifras multimillonarias en reales. La empresa busca alternativas para robustecer su estructura de capital y preservar la liquidez. Durante el primer trimestre de 2025, Azul informó un perjuicio líquido ajustado de R$ 1.820 millones. Recientemente, la agencia de clasificación de riesgo S&P revisó negativamente la nota de crédito de la compañía, un reflejo de la creciente percepción de riesgo en torno a sus compromisos financieros.
Fuentes familiarizadas con las negociaciones, mencionadas por diversos medios, indican que Azul ponderaba diferentes estrategias para enfrentar su cuadro financiero, entre ellas la captación de nuevos recursos o, inclusive, una potencial fusión. Las conversaciones con acreedores sobre un posible financiamiento en la modalidad DIP (Debtor-In-Possession), común durante procesos de Chapter 11, también estaban en curso.
En un comunicado divulgado a mediados de mayo, la empresa aérea declaraba que "monitorea constantemente alternativas que puedan contribuir al fortalecimiento de su estructura de capital y preservación de su liquidez, con foco en la sustentabilidad de sus operaciones a largo plazo". A pesar de este posicionamiento, durante la presentación de los resultados trimestrales el 14 de mayo, el CEO John Rodgerson realzaba los esfuerzos de la compañía para mejorar la eficiencia operacional.
El Chapter 11 es un instrumento legal que permite a las empresas reorganizar sus finanzas y operaciones bajo supervisión judicial, ofreciendo una protección temporaria contra sus acreedores mientras elaboran y ejecutan un plan de reestructuración. Este camino ya fue recorrido por otras importantes compañías aéreas de América Latina. LATAM Airlines Group, por ejemplo, completó su proceso de forma exitosa, y más recientemente, GOL Linhas Aéreas, que actualmente opera bajo el mismo régimen en Estados Unidos, obtuvo la aprobación de su plan de reestructuración.
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Analistas del sector aéreo observan que, con base en las experiencias de otras empresas que atravesaron procesos similares, el impacto directo sobre los pasajeros de Azul no debería ocasionar disrupciones en los servicios, manteniéndose la continuidad de las operaciones.
En el ámbito gubernamental brasileño, el Ministro de Turismo, Celso Sabino, afirmó recientemente que no habrá rescates financieros direccionados específicamente a empresas del sector aéreo. En contrapartida, se anunció la creación de un fondo nacional de aviación, el cual estará operacional en el primer semestre de 2025. Este fondo tiene como meta ofrecer garantías para préstamos y fomentar el desarrollo del sector aéreo de manera integral.
Azul se destaca como la mayor compañía aérea de Brasil en número de despegues y ciudades servidas, poseyendo una flota extensa y una malla que conecta diversas regiones del país, además de operar algunos destinos internacionales. La eventual confirmación del pedido de Chapter 11 abrirá una nueva etapa para la empresa en su trayectoria para alcanzar la estabilidad financiera y la sustentabilidad de sus operaciones en el futuro.
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