Suecia propone radares AESA y EW para modernizar cazas de Ucrania
Ucrania busca modernizar su aviación con sistemas suecos, probablemente debido al freno del apoyo de EE.UU.
En el marco de los esfuerzos para sostener y potenciar las capacidades de la Fuerza Aérea Ucraniana, el viceministro de Defensa para el Desarrollo de la Aviación, Oleksandr Kozenko, recibió el 23 de mayo a una delegación sueca encabezada por Thomas Lindén, director de Asuntos de Ucrania en Saab. La reunión marcó un paso más hacia la modernización de la aviación de combate ucraniana, con foco tanto en la integración de tecnología occidental en plataformas heredadas de la era soviética como en una eventual transferencia de aeronaves de fabricación sueca.
Uno de los ejes de la conversación fue la modernización de la actual flota de cazas con aviónica avanzada. En este punto, Saab podría tener un rol central a través de dos líneas de productos avanzados: su radar AESA de nueva generación y el sistema de guerra electrónica Arexis.
Una segunda vida para los cazas soviéticos
Si bien la Fuerza Aérea de Ucrania apunta a una transición hacia plataformas occidentales, la urgencia operativa y la escala del conflicto obligan a mantener y actualizar los cazas existentes de los tipos MiG-29, Su-24, Su-25 y Su-27 . En este contexto, la incorporación de radar AESA y suites de guerra electrónica modernas puede ofrecer un salto cualitativo.
Potente y moderno radar AESA sueco
El radar AESA de Saab, cuyo desarrollo se dio a conocer a mediados de 2020, se basa en tecnología de nitruro de galio (GaN), lo que representa una mejora significativa frente a la mayoría de los sistemas AESA actuales, basados en arseniuro de galio (GaAs). Su arquitectura modular permite adaptar el número de TRMs (Transmit/Receive Modules) al espacio disponible en el radomo, lo que lo convierte en un candidato viable para cazas tan diferentes como el MiG-29 o el Su-27. Además de mejorar el alcance y la precisión de detección, esta solución ofrece ventajas en términos de resistencia a contramedidas electrónicas, consumo energético y gestión térmica.

Saab ha confirmado que el producto está listo para su producción, con plazos estimados de entrega e integración iniciales de entre 12 y 18 meses, una vez recibido el pedido.
Además, el nuevo radar de SAAB no está alcanzado por las restricciones ITAR ((International Traffic in Arms Regulations – por sus siglas en inglés) de EEUU, ya que utiliza tecnología %100 sueca y los componentes se construyen íntegramente en Suecia, en la antigua plante de Ericsson, en Gothenburg.
Arexis: guerra electrónica de última generación
El otro gran aporte de Saab podría venir de la mano del sistema Arexis, una suite de guerra electrónica de arquitectura modular y escalable, ya seleccionada por Alemania para equipar sus futuros Eurofighter EK. Diseñado desde sus orígenes para operar en entornos altamente congestionados y saturados de amenazas electromagnéticas, Arexis combina receptores de banda ultraancha, memorias digitales de radiofrecuencia (DRFM) y emisores basados en GaN con capacidades de inteligencia artificial.

Probado en los Gripen E/F, el sistema está diseñado tanto para autoprotección como para operaciones de ataque electrónico y supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD). Puede integrarse a bordo o en pods externos, lo que lo convierte en una solución adaptable para diferentes tipos de aeronaves. Además, se puede combinar con el uso de señuelos activos como el SPEAR-EW ofrece una capa adicional de protección y engaño contra radares hostiles.
El Gripen vuelve a estar sobre la mesa
Durante la reunión también se abordó la posible transferencia a Ucrania de aeronaves Saab, presumiblemente Gripen C/D o Gripen E, aunque esto dependerá de decisiones políticas futuras. Mientras tanto, la cooperación industrial en áreas como sensores, autoprotección y guerra electrónica aparece como un terreno fértil para avanzar en el corto plazo.
Como afirmó Kozenko, “la cooperación entre Ucrania y Suecia en este ámbito será mutuamente beneficiosa, ya que Ucrania mejorará las capacidades de sus aeronaves, mientras que Suecia se beneficiará de la experiencia de combate obtenida a través de su despliegue”.
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En un contexto donde el apoyo militar de Estados Unidos a Kiev parece acercarse a su fin, la incorporación de estos avanzados y potentes sistemas suecos a los cazas ucranianos no solo ampliaría sus capacidades de detección y supervivencia, sino que también permitiría preservar una ventaja tecnológica frente a la poderosa Fuerza Aérea Rusa (VVS), sin depender exclusivamente de la adopción de aviones de combate occidentales completos, cuya incorporación y dominio operativo podrían demorar años, limitando su impacto inmediato en el campo de batalla.
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