Seguridad aérea en Rusia: inician inspecciones a 51 aerolíneas regionales
Las autoridades de aviación rusas iniciarán una serie de inspecciones exhaustivas a 51 aerolíneas regionales en respuesta a un drástico aumento en los accidentes aéreos y las fatalidades. La medida se produce en medio de una creciente preocupación por la seguridad de la flota de la era soviética y el impacto de las sanciones occidentales en el mantenimiento.
Las inspecciones, que comenzarán en diciembre de 2025 y se extenderán hasta diciembre de 2026, serán una colaboración entre la agencia federal de transporte aéreo, Rosaviatsia, y la autoridad de supervisión del transporte, Rostransnadzor.
Una respuesta a la crisis de seguridad
La decisión de lanzar esta auditoría masiva no es casual. Informes locales señalan que los accidentes de aviación comercial en Rusia aumentaron de ocho en 2023 a 17 en 2024, mientras que las fatalidades se triplicaron, pasando de 12 a 37 en el mismo período. Solo en 2025, hasta principios de octubre, 53 personas murieron en incidentes aéreos graves.
Las autoridades citan "violaciones sistémicas de las leyes de seguridad aérea", mantenimiento deficiente y formación inadecuada de pilotos como las causas principales.
Dmitry Yadrov, jefe de Rosaviatsia, confirmó la medida durante una presentación ante el Consejo de la Federación, enfatizando que las inspecciones podrían resultar en penalidades severas, incluida la revocación de los certificados de operación de las aerolíneas infractoras.
Los detonantes: Angara y Borus Airlines
La necesidad de una acción reguladora se intensificó tras una serie de accidentes fatales. El foco se centró en la seguridad aérea después del accidente de un Antonov An-24 de Angara Airlines en la región de Amur el 24 de julio, donde se investiga una posible configuración incorrecta del altímetro.
Inspecciones posteriores a Angara revelaron múltiples irregularidades, llevando a los reguladores a restringir algunas de sus operaciones.
Además, el Comité Interestatal de Aviación (MAK) investiga el accidente de un Antonov An-2 de Borus Airlines en Krasnoyarsk el 3 de octubre, que resultó en la muerte de ambos pilotos. Este fue el segundo accidente fatal para Borus en menos de un año. Una investigación sobre un An-3T de la misma compañía, ocurrido el 13 de octubre de 2024, concluyó que la causa fue una pérdida de potencia del motor tras el fallo de un regulador de temperatura reparado incorrectamente por personal no cualificado.
Flota antigua y presión internacional
Actualmente, muchas compañías regionales rusas dependen de aeronaves antiguas de diseño soviético, como los An-2, An-24 y helicópteros Mi-8. Las sanciones internacionales prohíben la venta de repuestos y aeronaves occidentales, obligando a las compañías a recurrir a la "canibalización" (extraer piezas de otros aviones) para mantener sus flotas en vuelo.
El ministro de Transporte de Rusia, Andrey Nikitin, informó al comité que el ministerio colaborará con Rosaviatsia y Rostransnadzor para establecer un sistema robusto de seguridad aérea. Nikitin destacó que la estrategia se centrará en la formación y verificación del personal aeronáutico y en el fortalecimiento de los requisitos para los centros educativos.
El periódico ruso Izvestia, citando el borrador de la directiva, informó que compañías como Azimuth, IrAero, Aurora y KrasAvia, además de Borus, están entre las 51 transportadoras que serán examinadas, según nuestro medio asociado Aeroin.
La presión sobre la aviación rusa también llega desde el exterior. A principios de octubre, la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO) condenó formalmente a Rusia por interferir repetidamente con las señales del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), una práctica que socava los fundamentos de la seguridad aérea mundial.

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