SBU revela imágenes de la Operación Telaraña contra bombarderos rusos
Imágenes satelitales confirman múltiples daños a aviones rusos en cuatro bases
La ofensiva ucraniana contra bases de aviación estratégica rusa, ejecutada en la madrugada del 1 de junio y ya conocida como Operación “Telaraña”, fue oficialmente confirmada por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) como el mayor golpe documentado a la aviación de largo alcance de la Federación Rusa desde el inicio de la invasión a gran escala.
Según detalló el SBU el 4 de junio, 41 aeronaves fueron alcanzadas en ataques coordinados con drones FPV contra cuatro bases clave: Olenya (Murmansk), Diáguilevo (Ryazán), Ivanovo y Belaya (Irkutsk). El operativo fue dirigido por el jefe del SBU, Vasyl Maliuk, y supervisado directamente por el presidente Volodímir Zelenski.
Entre las plataformas afectadas se encuentran bombarderos estratégicos Tu-95MS, Tu-22M3 y Tu-160, además de aviones de alerta temprana Beriev A-50, cisternas Il-78, y transportes como el An-12. El SBU afirma que “una parte significativa de ellos fue destruida sin posibilidad de recuperación”, mientras que otros requerirán “años de reparación”.
El ataque habría utilizado drones FPV adaptados con sistemas de guiado autónomos basados en inteligencia artificial, capaces de completar su misión incluso en condiciones de interferencia o pérdida de señal. En algunos casos, los drones ejecutaron el ataque de forma completamente autónoma tras perder comunicación, gracias a rutas de vuelo preprogramadas y sistemas de adquisición de blancos automatizados.
El valor estimado de las aeronaves afectadas supera los 7.000 millones de dólares, de acuerdo con la inteligencia ucraniana.
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En paralelo, imágenes satelitales de Maxar Technologies y Airbus, analizadas por observadores independientes como @DJSnM (Scott Manley) y @RokkerBoyy, muestran claros daños a múltiples aeronaves en las bases mencionadas. Aunque el número exacto de pérdidas confirmadas independientemente aún está en análisis, los registros visuales dan credibilidad al parte oficial del SBU.
Esta confirmación eleva el impacto estratégico del ataque no solo por las pérdidas materiales, sino también por haber alcanzado instalaciones situadas a más de 1.000 km de la línea del frente, incluidas algunas tradicionalmente consideradas fuera del alcance ucraniano.
La Operación “Telaraña” representa, en términos de volumen de daño y alcance geográfico, un punto de inflexión en la guerra aérea del conflicto ruso-ucraniano, con posibles consecuencias sobre la capacidad de Moscú para mantener su campaña de bombardeos de largo alcance.
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