Otro caza F-35B británico sufre una avería en pleno despliegue en el Pacífico
Este es el segundo incidente técnico que afecta a un caza del HMS Prince of Wales en su despliegue, tras una avería que dejó a otro F-35B varado por 37 días en la India.
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Un caza de combate F-35B Lightning II perteneciente al Carrier Strike Group 25 (CSG25) del Reino Unido ejecutó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto civil de Kagoshima, Japón, durante la mañana del 10 de agosto, tras reportar un problema técnico. Este evento es el segundo revés técnico notable para la flota de F-35B del portaaviones HMS Prince of Wales en menos de dos meses.
Autoridades del Aeropuerto de Kagoshima informaron que el piloto contactó con el control aéreo para solicitar un aterrizaje de emergencia debido a un posible problema mecánico. La aeronave tomó tierra de forma segura y la pista fue cerrada brevemente. Un comunicado del Ministerio de Defensa del Reino Unido, citado por medios británicos, explicó que "el F-35 se desvió (...) tras un problema de ingeniería" y que se encuentra bajo inspección.
Este incidente en Japón ocurre apenas unas semanas después de que el despliegue afrontara un desafío logístico y técnico de mayor envergadura en la India. El 14 de junio, otro F-35B del mismo portaaviones tuvo que desviarse al Aeropuerto Internacional de Thiruvananthapuram, en Kerala. Lo que inició como un desvío por mal tiempo se convirtió en una estancia de 37 días debido a una falla compleja en el sistema hidráulico y en la Unidad de Potencia Auxiliar (APU) de la aeronave.
¿Por qué son relevantes estos dos incidentes?
La ocurrencia de dos fallas técnicas distintas que requirieron aterrizajes no programados en aeropuertos civiles en un corto período de tiempo sugiere posibles desafíos de mantenimiento y fiabilidad para la flota de F-35B. Operar aeronaves tan complejas lejos de sus bases principales durante un despliegue de alta intensidad como la Operación Highmast pone a prueba la cadena logística y de soporte de la Royal Navy.
La reparación en la India fue tan compleja que, según reportó la Associated Press, el Reino Unido debió enviar un equipo de ingenieros y equipamiento especializado para poder devolver la aeronave al servicio. El caza finalmente despegó el 22 de julio para reincorporarse a la flota.
Ambos eventos ocurrieron durante la Operación Highmast, el despliegue del CSG25 en el Indo-Pacífico, una misión diseñada para reforzar lazos con aliados como Japón, India y Estados Unidos, y demostrar la capacidad de proyección de fuerza del Reino Unido. Si bien ambos incidentes se resolvieron sin heridos ni daños a las aeronaves, ponen de relieve las dificultades operativas inherentes a mantener una flota de cazas de quinta generación en el otro lado del mundo.
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