FCAS en riesgo: Francia y Alemania chocan por el liderazgo
Dassault defiende liderazgo único; Airbus y Berlín exigen equilibrio en el programa europeo
La disputa por el liderazgo industrial del Future Combat Air System (FCAS/SCAF) sumó un nuevo capítulo de tensión política e institucional. Según reveló la agencia Reuters, el Ministerio de Defensa alemán acusó a la industria francesa de bloquear el inicio de la segunda fase del proyecto —dedicada al desarrollo de demostradores de vuelo— al exigir un liderazgo exclusivo por parte de París. En un documento enviado al comité presupuestario del Bundestag, Berlín advierte que aceptar dichas condiciones tendría “consecuencias severas” tanto para la participación de su industria como para las capacidades finales del sistema.
El FCAS, lanzado en 2017 por Francia y Alemania y posteriormente ampliado a España, es el principal programa de defensa europeo de nueva generación, con un costo estimado superior a los 100.000 millones de euros. Su núcleo es el Next Generation Fighter (NGF), acompañado por drones cooperativos (Remote Carriers) y una arquitectura digital avanzada denominada Combat Cloud. La meta es reemplazar los Rafale franceses y los Eurofighter Typhoon alemanes y españoles hacia 2040.
Dassault busca imponerse sobre Airbus e Indra: una disputa industrial y política
La conducción industrial del Future Combat Air System ha sido un punto de fricción constante entre Dassault Aviation, Airbus Defence and Space e Indra. Dassault lidera el desarrollo del Next Generation Fighter (NGF), mientras que Airbus representa a Alemania y España, e Indra gestiona el Combat Cloud. Sin embargo, las tensiones sobre el reparto de tareas y la propiedad intelectual han paralizado el cronograma en varias ocasiones y amenazan con retrasar el inicio de la fase de demostradores.
En julio, el CEO de Dassault, Éric Trappier, insistió en que el programa requiere “una organización más clara” y criticó que, pese a que Dassault figura como líder del NGF, “todas las decisiones deben tomarse entre tres países”, lo que introduce “complejidad y retrasos”. Trappier defiende el “método Rafale”, basado en un liderazgo industrial único con capacidad de seleccionar y reemplazar subcontratistas, mientras Airbus sostiene la necesidad de preservar el equilibrio político a través de un esquema tripartito.

Esta disputa coincide con una nueva ronda de negociaciones de alto nivel. El presidente francés Emmanuel Macron recibirá este jueves al canciller alemán Friedrich Merz en su residencia de Bregançon, seguido de una reunión ampliada en Toulon con ministros de Defensa y altos funcionarios. Aunque inicialmente ambos gobiernos habían anunciado su intención de cerrar un acuerdo antes de fin de agosto, Berlín ahora prevé resolver el conflicto “antes de fin de año”, según informó Reuters.
Un funcionario del Elíseo citado por la agencia calificó las diferencias sobre el liderazgo del FCAS como “leves”, asegurando que existe “firme voluntad” de avanzar. Sin embargo, el documento enviado al Bundestag refleja la creciente preocupación alemana por el impacto que tendría ceder el control industrial a Francia, especialmente cuando la segunda fase del programa prevé, por primera vez, un desembolso significativo de fondos.
Ni el observador escapa indemne a la tormenta
La crisis de gobernanza del FCAS ha trascendido el eje franco-alemán y ya golpeó a Bélgica, socio observador del programa. En julio, el ministro de Defensa belga Theo Francken advirtió que Bruselas podría reconsiderar su participación en el FCAS luego de que Trappier criticara públicamente la compra belga de cazas F-35A y cuestionara su ingreso al proyecto. Bélgica invirtió 60 millones de euros en 2024 para sumarse como observador y prevé aportar 300 millones adicionales en la fase 2.
La controversia ilustra el delicado equilibrio político que enfrenta el FCAS, concebido como pilar de la autonomía estratégica europea en defensa aérea. Mientras el consorcio rival GCAP (Reino Unido, Italia y Japón) avanza con un modelo de gestión más centralizado, los retrasos del programa europeo podrían extender el calendario hacia mediados de la década de 2040.
Un futuro en suspenso
La fase 1B del FCAS, actualmente en marcha, apunta a madurar tecnologías críticas del NGF y preparar el desarrollo de demostradores hacia 2028/2029. Sin embargo, la falta de consenso sobre la gobernanza amenaza con bloquear el inicio de esta segunda etapa. Dassault insiste en que sin liderazgo claro el proyecto “podría no continuar”, mientras Airbus y Berlín defienden una arquitectura tripartita para garantizar equidad entre los socios.
El resultado de las reuniones bilaterales de esta semana será clave para determinar si el FCAS avanza hacia la construcción del demostrador o si las tensiones internas ponen en riesgo la mayor apuesta tecnológica de Europa en materia de aviación militar.
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