F-35 de EE. UU. llegan al Caribe en plena crisis con Caracas
El despliegue de F-35 eleva el riesgo de confrontación directa entre EE. UU. y Venezuela.
Estados Unidos ordenó el despliegue de diez cazas furtivos F-35 a una base aérea en Puerto Rico, en el marco de operaciones antinarcóticos en el Caribe. La decisión, revelada por fuentes oficiales citadas por Reuters, incrementa significativamente la presencia militar estadounidense en la región y eleva la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
El anuncio se produjo apenas horas después de que el Pentágono denunciara un vuelo “altamente provocativo” de dos cazas F-16 venezolanos sobre el destructor USS Jason Dunham (DDG-109), que navegaba en aguas internacionales como parte de un grupo naval desplegado para operaciones contra el narcotráfico.
Una escalada política, con rriesgo de transformarse en militar
Los F-35 —considerados el sistema de combate aéreo más avanzado de Estados Unidos— llegarán a la región a finales de la próxima semana, según las fuentes. Aunque oficialmente asignados a misiones contra organizaciones de narcotráfico, su presencia tiene claras implicancias en política internacional: representan una amenaza directa a Caracas.
El despliegue de estos cazas furtivos complementa a un dispositivo ya robusto. Actualmente, al menos siete buques de la U.S. Navy operan en el Caribe con más de 4.500 marinos y efectivos de la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines, que realizan maniobras anfibias y aéreas desde el sur de Puerto Rico.
La administración Trump ha vinculado reiteradamente al gobierno de Maduro con el narcotráfico y, en particular, con el grupo criminal Tren de Aragua, catalogado como organización terrorista en febrero de este año. “El presidente Maduro es, en los hechos, un capo de un narcoestado”, afirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, al defender la intensificación de las operaciones.
El martes pasado, un ataque aéreo estadounidense hundió una embarcación procedente de Venezuela y dejó once muertos, en lo que Washington describió como una acción contra narcotraficantes, pero cuyas evidencias nunca conoceremos porque quedaron en el fondo del mar. Caracas, por su parte, niega cualquier participación en actividades ilícitas y acusa a Estados Unidos de utilizar la lucha contra las drogas como pretexto para un “cambio de régimen mediante amenaza militar”.
El cruce reciente entre F-16 venezolanos y el destructor USS Jason Dunham, sumado a la llegada de cazas F-35 a Puerto Rico, subraya el riesgo de un incremento súbito en la tensión regional, cuyas repercusiones son difíciles de predecir. Mientras Washington insiste en que sus operaciones están dirigidas a grupos criminales, la presencia de medios militares tan avanzados en un teatro tan sensible eleva la posibilidad de incidentes directos entre fuerzas estadounidenses y venezolanas.
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