Embraer pone en pausa indefinida su programa de turbohélices por falta de avances en motores
En el Paris Air Show, el fabricante brasileño confirmó la suspensión de su innovador proyecto de turbohélice, a la espera de una nueva generación de motores.
Embraer no avanzará con el desarrollo de un nuevo avión turbohélice en el futuro cercano. En el marco del Salón Aeronáutico de París, Arjan Meijer, CEO de Embraer Commercial Aircraft, confirmó que el programa se encuentra "congelado", y explicó que la decisión responde directamente a la falta de una evolución tecnológica suficiente en los motores disponibles en el mercado.
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Durante una entrevista con Aviation Week, Meijer detalló la postura del fabricante. El ejecutivo explicó que lanzar un avión completamente nuevo exige un salto de rendimiento que la actual tecnología de propulsión no puede garantizar, haciendo inviable el caso de negocio. Meijer afirmó que la reactivación del programa "está bien lejos del descongelamiento en este momento", sentenciando el futuro del proyecto a corto y mediano plazo.
El concepto, que generó un considerable interés en la industria, proponía un diseño de turbohélice de entre 70 y 90 asientos con una configuración poco convencional: los motores montados en la sección trasera del fuselaje. Esta arquitectura buscaba ofrecer una cabina excepcionalmente silenciosa, comparable a la de un jet regional, y mejoras en la eficiencia aerodinámica.
¿Cuál era el plan de Embraer para el mercado de turbohélices?
El proyecto de Embraer buscaba revolucionar el segmento de vuelos regionales con un avión de 70 a 90 plazas. Su característica más distintiva era la ubicación de los motores en la cola, lo que prometía una reducción drástica del ruido y la vibración en cabina, mejorando la experiencia del pasajero y compitiendo directamente con los jets regionales en comodidad.
La decisión de Embraer de pausar su desarrollo se produce en un contexto donde su principal competidor, ATR, también evalúa el futuro de su programa de nueva generación, el ATR 'EVO'. El consorcio europeo enfrenta un dilema similar en la selección de un sistema propulsor que ofrezca mejoras sustanciales en consumo de combustible y emisiones. La industria aguarda los avances de motoristas como Pratt & Whitney Canada para poder justificar las enormes inversiones que requiere un programa de hoja limpia (clean sheet).

Mientras el proyecto del turbohélice queda en suspenso, Embraer concentra sus recursos en áreas de negocio con un retorno más claro. Esto incluye la consolidación de su exitosa familia de jets E2 y la investigación de tecnologías disruptivas a través de su programa Energia, que explora conceptos de propulsión híbrida-eléctrica y de hidrógeno para la aviación sostenible del futuro.
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