El "nuevo B-2" de Trump: ¿Un desliz presidencial o un programa secreto?
El anuncio de un nuevo bombardero B-2, cuya producción cesó hace 25 años, pone en duda si se trata de un error o de un proyecto no revelado.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció esta semana la orden de una versión "nueva y mejorada" del icónico bombardero furtivo B-2 Spirit. La declaración, realizada durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, provocó sorpresa e incertidumbre entre analistas de defensa, ya que el programa de bombarderos de próxima generación de la nación se centra en el B-21 Raider.
Durante su alocución, el presidente describió la supuesta nueva aeronave como "similar pero en realidad bastante diferente" del modelo actual. Sosteniendo una pequeña réplica, que no presentaba diferencias visuales aparentes con el B-2, Trump afirmó que es "una máquina asombrosa" y confirmó que "acabamos de ordenar una gran cantidad de ellos". El presidente no ofreció detalles técnicos sobre las mejoras ni sobre el volumen de la orden.

Los comentarios surgieron mientras el presidente discutía los ataques aéreos efectuados en junio contra instalaciones nucleares iraníes, operaciones en las que participaron bombarderos B-2 y misiles Tomahawk.
La principal fuente de confusión radica en el estado actual de la flota de bombarderos. La línea de producción del Northrop Grumman B-2 Spirit fue cerrada en el año 2000, y reiniciar su fabricación sería un desafío industrial y financiero de enormes proporciones.
¿Qué anunció el presidente Trump? Anunció una orden de compra para una versión "nueva y mejorada" del bombardero B-2.
¿Está Estados Unidos fabricando nuevos B-2? No. La producción del B-2 finalizó hace más de dos décadas. El país está desarrollando el B-21 Raider como su sucesor.
¿Qué es el B-21 Raider? Es el bombardero estratégico furtivo de próxima generación de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), diseñado por Northrop Grumman para reemplazar a las flotas de B-2 y B-1.
El esfuerzo de modernización de la USAF se concentra en el programa B-21 Raider. Este avión, también un diseño de ala volante de Northrop Grumman, se encuentra actualmente en fase de pruebas de vuelo y se espera que entre en servicio activo entre 2026 y 2027. El B-21 está concebido para ser la columna vertebral de la fuerza de penetración de largo alcance de Estados Unidos para las próximas décadas.
Tras los elogios del presidente al B-2, Northrop Grumman publicó un comunicado en la red social X, expresando que "no podríamos estar más de acuerdo con usted, señor Presidente. ¡El avión B-2 fabricado por Northrop Grumman es una máquina magnífica!". La compañía, sin embargo, no hizo mención alguna a una nueva versión o a la reapertura de su producción.
Hasta el momento, ni el Departamento de Defensa ni la Fuerza Aérea de los Estados Unidos emitieron una aclaración oficial sobre los comentarios del presidente. No obstante, analistas de la industria de defensa y medios especializados (Defense News) coinciden en que probablemente se trate de una confusión terminológica con el programa B-21 Raider, que representa la inversión real y futura en la capacidad de bombardeo estratégico del país.
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