El Mundial Que Merecés
Son muchas sensaciones las que dan vueltas a pocos minutos de empezar el camino en este Mundial de Fútbol. Pero la más consistente, la que se impone, es que es una oportunidad única. Tal vez la última.
Tal vez sea la última chance de equiparar los tantos. Es hora que el fútbol le dé a Messi eso que merece. Porque de los 40 y pico de millones que somos, se me ocurren pocos que lo merezcan más que Lionel. Ese tipo que es electrizante adentro de la cancha y ejemplar afuera.
Un tipo que disfruta cien, mil, un millón de veces la admiración del mundo y sufrió cien, mil, un millón de veces el destrato de su país. Como si nos debiera algo. Como si estuviera en probation por un delito que no existe: no ganar. Como si se invirtiera el principio de inocencia: Messi es culpable hasta que salga campeón.
Tuve la suerte de ver a Messi en cancha, y es fascinante ver cómo ese enano juega a otra cosa. A otra velocidad. Cómo entiende todo. Como se mueve sin la pelota. Es magia en velocidad.
Hoy empieza un camino para que la balanza se equilibre una vez. Esa vez, que tanto esperamos. Porque nadie lo merece más que vos. Hoy hincho por vos. Y si la moneda cae al revés de nuevo, no importará ni un poquito. Te seguiré admirando. Pero me sentiré estafado por este deporte que quiero tanto.
Hoy, el fútbol puede empezar a pagarte por todo lo que le diste. Ojalá el equipo acompañe. Ojalá la suerte se acomode. Ojalá que las que no entran, entren todas. Ojalá tengas en la galera cincuenta conejos. Los necesitamos. Merecés que te salgan todos los trucos. Merecés que el show termine con ovación de pie.
Vamos Lionel. Vamos Argentina Carajo.