Trump presionaría a Corea del Sur para comprar más armas de EE.UU.
La cumbre entre Trump y Lee Jae-myung podría traer exigencias en inversiones en defensa.
La posibilidad de que la administración Trump exija a Corea del Sur un mayor gasto en defensa y nuevas compras de armamento estadounidense durante la cumbre bilateral prevista para fin de mes ha generado tensiones internas en Seúl. Según reveló ChosunBiz, el gobierno del presidente Lee Jae-myung ya está evaluando escenarios de respuesta, en un contexto de alineamiento estratégico con Washington pero con claras prioridades propias.
Uno de los focos de análisis es el segundo programa de adquisición de aviones cisterna para la Fuerza Aérea de Corea del Sur (ROKAF), con una inversión estimada de USD 920 millones hasta 2030. Si bien el KC-46A Pegasus de Boeing figura nominalmente entre las opciones, analistas locales e internacionales coinciden en que su selección es poco probable: el modelo aún enfrenta problemas de control de calidad no resueltos, y su adopción implicaría romper con la línea logística ya establecida con el A330 MRTT, del cual Corea ya opera cuatro unidades bajo la designación KC-330 Cygnus.
Frente a esta realidad, la atención podría desplazarse hacia otras plataformas que sí respondan a una necesidad estratégica concreta de la ROKAF. Tal es el caso de los sistemas de alerta temprana AEW&C, donde Corea evalúa incrementar su flota actual de cuatro Boeing E-7A, ya en servicio, o avanzar con opciones más económicas y con mayor participación local, como la solución de Korean Air y L3Harris basada en el Global 6500 y sistemas de radar e inteligencia artificial desarrollados por IAI/ELTA. El programa AEW&C-II, actualmente en marcha, cuenta con un presupuesto estimado de más de USD 2.000 millones, y representa una de las áreas donde una compra adicional de origen estadounidense podría tener verdadero sentido: reforzaría una capacidad crítica ya existente y consolidaría la interoperabilidad con un aliado clave, sin comprometer la coherencia de la planificación logística.
Drones e inteligencia artificial: el nuevo eje de modernización
En contraste, la opción de reactivar la segunda fase de adquisición de helicópteros de ataque AH-64E Apache —ya cancelada por el parlamento surcoreano y el Estado Mayor Conjunto— parece completamente descartada. El proyecto fue dado de baja formalmente en julio de 2025, luego de que su costo unitario escalara de USD 33,7 millones a USD 59 millones, y tras una profunda revisión doctrinal derivada de las lecciones de la guerra en Ucrania.
En ese conflicto, los helicópteros de ataque pesados demostraron ser especialmente vulnerables frente a sistemas portátiles de defensa aérea y drones de bajo costo, lo que llevó a Corea del Sur a cuestionar su utilidad en escenarios de alta amenaza. En respuesta, las fuerzas armadas del país han redirigido sus esfuerzos hacia la adopción de capacidades no tripuladas y sistemas con inteligencia artificial, priorizando plataformas más adaptables, sostenibles y resilientes.
En ese sentido, si la administración Trump efectivamente plantea un pedido de compra de armamento estadounidense, fuentes del sector consideran más plausible que Corea explore opciones como el MQ-9 Reaper o el Fury de Anduril, en lugar de sistemas tradicionales con alto costo operativo. Estos equipos, además de ofrecer ventajas operativas claras, permitirían justificar internamente la adquisición como una apuesta tecnológica y no como una imposición diplomática.
Cumbre bilateral: equilibrio entre alianza y autonomía
El gobierno de Lee Jae-myung enfrenta un desafío particularmente sensible: consolidar su vínculo estratégico con Estados Unidos —su principal garante de seguridad en el Indo-Pacífico— sin ceder terreno en materia de autonomía decisional sobre sus adquisiciones de defensa, un ámbito donde cada elección tiene implicancias militares, industriales y políticas de largo alcance. La próxima cumbre con el presidente Trump pondrá a prueba ese delicado equilibrio.
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