Cazadores de huracanes: misión extrema dentro del ojo del huracán Melissa
Así operan los “cazadores de huracanes” del 53rd Weather Reconnaissance Squadron.
El 28 de octubre de 2025, un Lockheed Martin WC-130J Super Hercules del 53.º Escuadrón de Reconocimiento Meteorológico de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, con el indicativo TEAL 75, penetró directamente en el ojo del huracán Melissa, una tormenta de categoría 5 que azotaba el Caribe con vientos superiores a 402 km/h (250 mph).
La operación representó una de las misiones más exigentes incluso para una tripulación y una aeronave diseñadas específicamente para enfrentar las condiciones extremas de los denominados “cazadores de huracanes”.
Durante la misión, la aeronave enfrentó turbulencias severas dentro de la pared del ojo del ciclón, experimentando violentos cambios de altitud —de hasta 700 pies en menos de un minuto—, lo que obligó a la tripulación a abortar la operación y regresar a la base avanzada de Curazao para una inspección estructural preventiva.
El propio 53.º Escuadrón de Reconocimiento Meteorológico (53rd WRS) confirmó el incidente mediante un comunicado oficial, destacando que no se registraron daños ni heridos, aunque las fuerzas G experimentadas superaron los valores habituales.
La unidad subrayó que la tripulación siguió los protocolos de seguridad establecidos y elogió la valentía y profesionalismo de los aviadores, cuya misión permitió obtener datos críticos sobre el ciclón más violento observado en el Atlántico en los últimos años.
Los cazadores de huracanes de la USAF
El 53rd Weather Reconnaissance Squadron, conocido mundialmente como los Hurricane Hunters, es una unidad de la Reserva de la Fuerza Aérea (USAF Reserve Command) asignada al 403rd Wing, con base en Keesler Air Force Base, Misisipi.

Se trata de la única unidad operativa en el mundo que realiza misiones aéreas regulares de reconocimiento meteorológico en el interior de ciclones tropicales, bajo un esquema de cooperación civil-militar con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y el Centro Nacional de Huracanes (NHC), ambos dependientes del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
Cada vuelo se ejecuta bajo la coordinación del Jefe de Coordinación de Reconocimiento Aéreo de Huracanes (CARCAH), un equipo mixto de la Reserva de la Fuerza Aérea ubicado en el propio NHC, en Miami.
Esta integración permite que el Centro Nacional de Huracanes dirija en tiempo real las necesidades de datos y planifique misiones específicas según los requerimientos de pronóstico.
Actualmente, el 53rd WRS opera diez aeronaves WC-130J Super Hercules, versiones modificadas del transporte táctico C-130J, equipadas con instrumental meteorológico de precisión.
Cada misión es tripulada por un equipo de cinco especialistas: piloto, copiloto, navegante, oficial de reconocimiento meteorológico aéreo (ARWO) —responsable científico de la misión— y un loadmaster meteorológico, encargado de desplegar las sondas atmosféricas.
El WC-130J es un verdadero laboratorio aéreo de observación meteorológica.
Su principal herramienta es el dropsonde, una sonda desechable equipada con sensores de temperatura, humedad, presión y viento, que desciende en paracaídas desde el avión hasta la superficie del océano.
Los datos recolectados —transmitidos en tiempo real a la estación del NHC— permiten obtener un perfil vertical de la atmósfera imposible de alcanzar mediante observación satelital.
Complementariamente, los WC-130J pueden lanzar boyas oceanográficas AXBT para medir la temperatura del mar, un factor clave en la intensificación de los ciclones.

Durante la misión de TEAL 75 sobre Melissa, la tripulación registró una presión central mínima de 893 milibares y ráfagas de viento de hasta 406 km/h (252 mph), cifras que podrían representar un nuevo récord mundial medido por dropsonde en un huracán.
Estos datos resultaron esenciales para ajustar los modelos de predicción y emitir alertas más precisas para Cuba, Bahamas y Bermudas.
Una tradición forjada en la tormenta
Los orígenes de los Hurricane Hunters se remontan a 1943, cuando el mayor Joe Duckworth voló un entrenador AT-6 Texan al interior de un huracán en Texas, en lo que se considera la primera incursión aérea deliberada en un ciclón tropical. Un año más tarde, la misión fue formalizada con la creación del 3rd Weather Reconnaissance Squadron, posteriormente redesignado como el 53rd WRS. Desde entonces, la unidad ha operado desde múltiples bases —incluidas Florida, Puerto Rico y Bermudas— hasta su establecimiento definitivo en Keesler AFB en 1973.
A lo largo de su historia, el escuadrón ha enfrentado condiciones extremas en huracanes emblemáticos como Camille (1969), Andrew (1992), Katrina (2005), Irma (2017) y Dorian (2019). Durante el paso de Katrina, incluso cuando la propia base de Keesler sufrió daños devastadores, la unidad continuó sus operaciones sin interrupción, demostrando una resiliencia institucional y humana que se ha convertido en su sello distintivo.

Melissa: la tormenta que puso a prueba la misión
El caso del huracán Melissa, con su rápida intensificación y estructura caótica, reafirmó la importancia insustituible de la observación directa. Mientras los satélites brindan una cobertura global, las mediciones in situ del 53rd WRS constituyen el “el dato de observación directa” del sistema de pronóstico: la referencia empírica que calibra y valida los modelos computacionales.
Las misiones TEAL 74 y TEAL 75, desplegadas entre el 28 y 29 de octubre, operaron durante más de 35 minutos en el interior del ojo de Melissa, un entorno con descargas eléctricas continuas y turbulencia severa. Gracias a esos vuelos, los pronósticos del NHC pudieron reducir significativamente el margen de error en la trayectoria del ciclón, optimizando las alertas tempranas y las medidas de evacuación en el Caribe.
La labor de los “Hurricane Hunters” representa un ejemplo singular de sinergia entre la aviación militar, la ciencia aplicada y la gestión civil de emergencias. Cada misión combina disciplina táctica, entrenamiento militar y conocimiento meteorológico de alta precisión, ejecutada en condiciones que ninguna otra aeronave afronta de manera rutinaria.
En un contexto de ciclones tropicales cada vez más intensos y frecuentes, impulsados por el calentamiento oceánico, el rol del 53rd WRS cobra una relevancia estratégica creciente. Su trabajo no solo alimenta los modelos de predicción del NHC, sino que salva vidas al proporcionar la información más precisa disponible sobre las tormentas que amenazan el Atlántico y el Caribe.

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