Agra: algo más que la sede del famoso Taj Mahal
Esta ciudad de más de dos millones de habitantes es de las más visitadas de la India.
Cuando se menciona "Agra", el pensamiento viaja de inmediato al Taj Mahal, ese poema en mármol blanco que ha conquistado el corazón del mundo. Símbolo eterno del amor, ícono arquitectónico y una de las Siete Maravillas del Mundo, el Taj es sin duda la joya de la corona. Pero reducir Agra a una sola maravilla sería ignorar todo lo que esta vibrante ciudad tiene para ofrecer.
Con más de dos millones de habitantes, Agra es una ciudad de contrastes intensos: espiritual y bulliciosa, histórica y contemporánea. A orillas del río Yamuna y en el corazón del estado de Uttar Pradesh, su pulso mezcla lo ancestral con lo cotidiano.

Donde nació la historia
Las raíces de Agra se hunden en la antigua epopeya del Mahabharata, donde se menciona como "Agraban", en la tierra sagrada de Braj Bhumi. Mucho tiempo después, la ciudad se convirtió en el corazón del Imperio Mongol, y aún hoy sus calles y monumentos son testigos de esa era de esplendor.
Ese legado se ve, se siente y se vive. Más allá del Taj Mahal, Agra guarda otros tesoros: el Fuerte de Agra, imponente ciudadela de arenisca roja; Fatehpur Sikri, la capital soñada y abandonada por el emperador Akbar; y la delicada tumba de Itimad-ud-Daulah, apodada el "Baby Taj" por su estilo refinado y detallado. El mausoleo de Akbar en Sikandra, con su fusión de estilos islámicos, hindúes y budistas, completa el trío monumental que ha llevado a la UNESCO a reconocer tres sitios Patrimonio de la Humanidad en una sola ciudad.
Una ciudad que se saborea
Agra también se disfruta con los sentidos. Su cocina, herencia del imperio mogol, ofrece un festín de sabores: kebabs especiados, curris intensos, panes recién horneados, y dulces legendarios como el Petha, preparado con calabaza cristalizada.
Quien busca una experiencia auténtica no puede perderse el Chaat Gali del Bazar Sadar, donde cada puesto callejero es un viaje de sabor. Bhallas, Raj Kachoris, Gol Gappes... un festín de texturas y aromas que resumen siglos de tradición culinaria.
De artesanos, bazares y devoción
Los bazares de Agra son una celebración del arte y la vida cotidiana. En Sadar, Kinari o Raja Ki Mandi, se encuentra desde especias hasta ropa, calzado y artesanías únicas. Especial mención merece el trabajo en incrustaciones de mármol —la técnica que dio vida al Taj Mahal— y los bordados Zardozi, un arte que pasó de los palacios reales a las pasarelas actuales.
Pero Agra también invita al recogimiento. Ya sea en el tranquilo Samadhi de Soami Bagh, en el antiguo templo de Mankameshwar, o en el Gurudwara Guru ka Tal, la espiritualidad se siente tan presente como la historia.

Momentos para el alma
Para cerrar el día con un instante inolvidable, basta cruzar el Yamuna y visitar Mehtab Bagh, el jardín desde donde el Taj Mahal se transforma con la luz del atardecer. Una visión suspendida entre el cielo y la tierra, reflejada en las aguas del río como un suspiro.
Agra, un viaje que no se termina
Agra no es solo el hogar del Taj Mahal: es una ciudad donde el pasado sigue vivo, donde cada calle conserva un eco de imperios y leyendas, donde el arte, la fe y la vida cotidiana conviven con natural intensidad.
La mejor época para visitarla es entre febrero y abril o entre septiembre y noviembre, cuando el clima acompaña la experiencia. Pero, en realidad, cualquier momento es bueno para dejarse tocar por la magia de Agra.
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