Acá y Ahora
Hoy hace un año que subía la primera nota en serio de este espacio. Hace 365 días, subía un compendio de información sobre las compañías Low Cost, principalmente para no tener que explicarlo en cada asado. Ese fue el objetivo de el blog desde el día uno, el que sucedía hace un año.
No sé ni por dónde empezar a contar lo que fue este año: podría empezar por lo que puedo entender. Pero es bastante poco. El crecimiento de esta plataforma es algo que no me esperaba ni en mis proyecciones más optimistas. Jamás pensé en llegar hasta acá, sinceramente. Hoy puedo pensar en un crecimiento exponencial, y hasta no hace mucho sólo pensaba en que los números habían subido más de lo esperado. Hoy no me pongo techo. Porque creo que no lo tiene.
Podría seguir contando lo que este espacio generó en mí, que es un aprendizaje enorme. Sobre aviación, pero principalmente, sobre mí mismo. Siempre fui un tipo cientificista, más apegado a lo tangible y más alejado de los vericuetos propios de lo subjetivo. No creo en el destino, no creo en esa fuerza que te lleva hacia un lugar preestablecido. No creo en la noción de la misión en la vida. Y sin embargo, hay dos cosas que me muestran que todo eso existe.
La primera es el amor, cosa que no me había permitido conocer hasta que volvió quien tenía que volver. La segunda tampoco me la había permitido hasta que se me impuso. Hasta que literalmente me sorprendió y me llevó puesto como una avalancha. Nunca le había dado a la pasión el lugar que hoy tiene. El que hoy reclama. El que hoy merece.
En ese descubrimiento de lo que siempre estuvo ahí y elegí no ver, hay varias decisiones que tomar. Una que es cada vez más evidente y clara, es que aquella carrera que me tomó 20 años hacer, no será la de los próximos 20. Durante este 2018, será cuestión de alinear correctamente los planetas y dedicarme de lleno al periodismo especializado en aviación. Cuento con ustedes para que el cambio de timón más aterrador de mi vida tenga algún sentido.
Conté con ustedes desde el día uno, cuando fuimos dos mil quinientos de un solo saque. Conté con ustedes cuando el promedio de visitas diarias era de 30. Y luego fue 50. Y fui feliz cuando en un día se veían 100 páginas. Y hoy somos un montón más. Y seguimos creciendo.
No tengo más que agradecerles por el inmenso aguante que sentí desde el día uno. Por la satisfacción de hacer las cosas bien, por hacerme sentir que lo que hago sirve. Por darle una razón a estos dedos a moverse por el teclado todos los días. Por recordarme que saber es algo de todos los días. No soy experto, ni mucho menos. Aprendo siempre. Y esa necesidad de saber y aprender, para no mandar fruta, para aportar algo auténtico a esta industria, para honrar la confianza, me hace mejor. Sé mucho más de lo que sabía hace un año. Sé bastante menos de lo que voy a saber en 2019.
Me queda agradecerle a un montón de gente que me bancó en este primer año, y lo sigue haciendo. Floxie y Sir Chandler, a quienes tengo el gusto de considerar colegas y amigos virtuales. A Edgardo, de Aviacionline, con quien nos une una saludable competencia que tiene más gusto a colaboración que a otra cosa. Gracias a los colegas con los que me voy cruzando, y que empiezan a considerarme colega. Gracias a los buddies de Airlinegeeks, por ver en mí a un periodista acá en el sur del continente y confiar en mí lo suficiente como para crecer y llevar las noticias de nuestra región a USA. Gracias a Roberto de Transponder 1200, con quien nos une una corresponsalía y una colaboración importante.
Gracias a mi mujer, que se banca las horas que se va a dormir sola y que se lleva mi promesa de «en un rato me acuesto» mientras sigo escribiendo. No podría hacer esto sin ella. Gracias a mis hijos gatunos, que muchas veces me reclaman atención y tienen que esperar a que termine el párrafo. Gracias a los amigos, a la familia extendida, a los colaboradores desinteresados. Gracias a los que leen, a los que opinan, a los que me dejan un tweet o un comentario. Gracias por ser parte de esto.
En este rediseño, queda plasmado el camino a seguir. Más pinta de página de noticias, menos pinta de blog, pero el mismo espíritu. Sigo viniendo acá a charlar de aviones con amigos. Seguiremos indignándonos por las mismas cosas. Seguiremos peleando contra los mismos molinos. Eso no cambia.
Tal vez, lo que cambie sea el lugar preciso donde estamos parados. Festejo este año pensando en que es simplemente el momento para celebrar el crecimiento de El Blog de Diazpez, de Diazpez y de Pablo Diaz. Festejo este primer año pensando que ese instante de decisión en el que todo cambia y se revoluciona, podría ser éste. Es éste.
Es acá. Y es ahora.