El personal italiano de la aerolínea low cost europea Ryanair realizará una huelga el próximo 25 de junio.
Los sindicatos FILT-CGIL y UIL Trasporti, que representan a los pilotos y a los tripulantes de cabina, llevarán adelante una huelga de 24 horas para exigir mejores condiciones de trabajo. Así, se suma a otras medidas de fuerza que serán llevadas adelante por los trabajadores aeronáuticos europeos justo cuando el sector intenta recuperarse de los efectos de la pandemia de Covid-19: el personal de España, Portugal, Francia y Bélgica ya anunció medidas similares.
El comunicado de UIL señala que “la protesta del 25 de junio forma parte de una movilización coordinada a nivel europeo. El personal italiano de Ryanair, Malta Air y CrewLink irá a la huelga para pedir por contratos de trabajo dignos, que garanticen unas condiciones adecuadas y unos salarios acordes con los mínimos previstos en la ley de transporte aéreo de nuestro país”.
Continúa el mensaje indicando que “los pilotos y auxiliares de vuelo con base en España, Portugal, Francia y Bélgica también se abstendrán de trabajar ese día, por lo que es probable que se produzcan inconvenientes en las conexiones operadas por el Grupo Ryanair”.
Por última, el mensaje cierra señalando a la aerolínea como culpable por la situación actual. “La huelga es producto de la continua imposibilidad de iniciar una negociación con la empresa desde la huelga del pasado 8 de junio. Seguimos sin solución para los problemas que aquejan desde hace meses a los tripulantes”, reza la entidad.
Si bien Ryanair está acostumbrada (malacostumbrada, incluso) a los reclamos laborales de sus trabajadores -generalmente haciendo oídos sordos- el mercado laboral es bastante diferente al de hace apenas un año atrás. La industria aeronáutica se encuentra en un punto de explosión de la demanda que ni el más optimista de los analistas se esperaba y producto -entre otros- de los despidos y retiros voluntarios llevados adelante como forma de sobrevivir la pandemia, no encuentra personal (ni de tierra ni de vuelo) para cubrir ese crecimiento.
Ryanair, que tradicionalmente ha pagado sueldos más bajos que el promedio de la industria y está acusada de ciertas prácticas laborales abusivas (como por ejemplo, cobrarle el agua a sus empleados como si fuesen pasajeros), deberá comenzar a replantearse la forma en la que ve a su personal: los trabajadores de toda empresa -y con más razón los de las empresas de servicios como las aerolíneas- no son una fuente de gastos sino que son el motor generador de ingresos de ésta.
O la mayor low cost europea cambia su visión respecto a las personas que todos los días se ponen el uniforme y dedican su tiempo a generarle dinero, o podría comenzar a sufrir una hemorragia de trabajadores a manos de una competencia desesperada y dispuesta a pagar lo que sea para saciar su sed de personal.
