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Adiós, Air Berlin

En la noche Europea de hoy, el último vuelo de Air Berlin aterrizará y con él, se termina la historia de una aerolínea que nació en la coyuntura de la Guerra Fría, creció hasta ser la segunda línea aérea Alemana y valer mil millones de Euros y fue languideciendo hasta este final, en el que el valor total de la compañía es menor al de un avión.

Corría el año 1978, y un ex comandante de Pan Am, Kim Lundgren, funda Air Berlin USA en Oregon. El status de la capital  de Alemania Occidental sólo permitía que Estados Unidos, Francia y Reino Unido operaran vuelos a Berlín. En modalidad charter, comenzó operando dos vuelos al mediterráneo (Palma de Mallorca e Islas Canarias), en Boeing 707.

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En 1982, incorporó dos Boeing 737-200 de Air Florida en leasing, y operó las primeras rutas dentro de Alemania y Europa.

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Hasta 1990, Air Berlin hacía algunos vuelos regulares, con una flota reducida: tres 737 y los dos 707. Pero todo cambiaría tras la caída del Muro de Berlín.

Kim Lundgren debía elegir: sin restricciones, el mercado cautivo que Air Berlin tenía sería invadido rápidamente por el resto de los operadores Europeos. Debía encontrar un inversor, o cerrar las puertas. Fue entonces cuando apareció Joachim Hunold, Director de LTU, otra compañia Alemana, y compró la compañía en 1991.

Compró dos 737-400, y siguió concentrado en los charters al mediterráneo. En 1992, transportó 400.000 pasajeros.

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Un bellísimo livery

En 1994, ya tenía seis 737-400, y transportaba un millón de pasajeros por año. En 1997, se unió a IATA, y comenzó a servir capitales Europeas: Zurich, Viena, Londres, Barcelona. En el 99, tenía 12 aviones y firmó la primera compra de Boeing 737-800.

En 2001, Air Berlín fue la primera línea aérea en incorporar winglets en sus 737-800. En el mismo año, sumó dos primeras oficiales mujeres a la flota. En noviembre de 2003, compra 60 737-800 y 15 -700. En 2004, compró un 24% de participación en NIKI. También en 2004, adquiere 70 aviones a Airbus.

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En 2007, la expansión continuó cuando finalmente adquirió LTU, tras comprar DBA Airline. Además, firmó por 25 787 Dreamliner, compró el 49% de Belair Airlines. En 2009, se asoció con TUI Travel y tomó todos los vuelos de TUIfly. En 2011, cierra una alianza estratégica con Etihad y continúa con la suma de acuerdos de codigo compartido: S7, American Airlines, Finnair, British Airways, Iberia, Royal Jordanian.

Ya en 2012, comienzan las señales de alerta: admite en una rueda de resultados que “el crecimiento rápido incrementó los problemas estructurales” y “una posición de mercado inespecífica, costos de operación altísimos y un flujo de ingresos  muy basado en la oferta de temporada generalmente lleva a resultados altamente insatisfactorios”.

Desde 2007, las pérdidas se iban acumulando. Sólo obtuvo ganancia en 2012, cuando le vendió su programa de millas a Etihad. Air Berlin admitía perder 25 millones de euros por mes desde que empezó a cotizar en bolsa. Una vergonzante cantidad de programas de reestructuración se sucedieron sin éxito. “Las dificultades financieras son resultado de acuerdos de financiación desfavorables, costos de leasing elevados, y una distribución de sistemas costosa” decían. Pero nada decían del agujero de 300 millones de euros de cada mes.

Al mismo tiempo, el ascenso de las low cost. Desde Ryanair a Eurowings. todas luchaban por entrar al nicho de Air Berlin. Cuando lo lograron, la combinación de costos de leasing y competencia feroz acabó dinamitando las bases del crecimiento. Todos lo veían, menos Air Berlin.

El resto, es historia conocida. Hoy Air Berlin hace su último vuelo. Muchos empleados terminarán en otra compañía. Muchos aviones volarán con otros liveries. Sin embargo, la historia de la aerolínea que nació en el mundo de la batalla ideológica toca tierra hoy por ultima vez. Y para siempre.

 

Pablo Díaz (diazpez)
Pablo Díaz (diazpez)
Director Editorial de Aviacionline. Ante todo, data-driven.

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4 COMENTARIOS

  1. Una vez, en 2012, “casi” vuelo por AirBerlín, me había asociado a su programa de pasajero frecuente y me mandaron una tarjeta. La voy a tener que conservar como algo vintage. :/

    La verdad, qué hermosura ese livery bordó-gris-blanco. Parece un ejecutivo.

    Abrazos,

  2. Yo hice un Tegel – Tel Aviv una vez en 2011. La verdad es que me acuerdo más del aeropuerto que de la aerolínea.

    Muy bueno el blog, de lectura obligada junto con el de Sir Chandler!

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